2 de diciembre de 2011

La Paz.

Es un reto perenne, una voz que se eleva
silencio de fusiles, cancionero celeste
donde entona la vida los himnos más alegres.

Es oda a la alegría, es amor que se siente,
titilar de cocuyos, pirotecnia que lleva
en medio de ilusiones la luz del sol naciente.