La lechona quería ser alcalde, pero otros animales se oponían.
El sapo, la yaya, la ardila, el bagre y el tigre eran aliados incondicionales.
Sin embargo, el perro, la tortuga, la vaca, el pato, el perico y el bocachico fungían como contrarios.
Este no es un cuento infantil de ficción:
estoy narrando la campaña electoral de mi pueblo, donde sólo se escuchan los apodos.
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